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LA INGENIERÍA EN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN. LA VOZ DE LOS INGENIEROS DE CAMINOS

El que fuera director de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, el ingeniero Juan Saura Martínez, contestó por Caminos Andalucía a una entrevista para un reportaje para TVE sobre la transformación del río Guadalquivir en su historia. En su declaración para la televisión pública, contó que Sevilla ha sufrido a lo largo de su historia el azote de las inundaciones debido a las crecidas del Guadalquivir.

«En el siglo XX se han venido realizando una serie de actuaciones (encauzamientos, cortas, malecones de defensa) que culminaron en los años 70-80 con la Corta de la Cartuja, para eliminar el meandro de San Jerónimo. En este punto el río, durante las riadas, intentaba erosionar la base del malecón y penetrar en la ciudad rescatando su antiguo cauce que pasaba por la actual Alameda de Hércules y los alrededores de la muy conocida y actualmente céntrica calle Sierpes. “No hacía nada más y nada menos que presentar sus escrituras de propiedad”.

Precisamente fui testigo en enero de 1970 de ese intento de socavación de la base del malecón por el río Guadalquivir en dicho lugar. Milagrosamente, el malecón aguantó y evitó lo que hubiera sido una catástrofe humanitaria. La cota del Río durante la riada era de 7 y la Alameda de Hércules está a cota 4,50, con lo que una ola de 2,50 metros hubiera penetrado en esa parte de la ciudad con resultados catastróficos.

La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, dirigida en aquellos años por Mariano Palancar y su equipo técnico, formado por Carlos Conradi, Alberto López y Juan Cañadas, impulsaron la ejecución de esa obra que eliminaba el meandro y dejaba una “isla” entre el Guadalquivir histórico y el nuevo cauce de La Corta, en la que años más tarde se celebró la EXPO’92.

Aparte de la seguridad para los ciudadanos, esta obra de la Corta supuso una transformación urbanística extraordinaria, abriendo la ciudad a su río en esa zona, de la que estaba separada por una densa red ferroviaria -como se ilustra en las fotos-, que a su vez tenía un muro con grafitis que suponía la frontera de la ciudad frente a su Betis, que estaba oculto tras el muro y las vías del tren.

Mariano Palancar, ingeniero director entonces de la CHG, tuvo un papel fundamental en la integración urbanística de la Isla de La Cartuja, defendiendo el mantenimiento del cauce histórico y la titularidad pública de los terrenos de la Isla, que fueron expropiados por el Ministerio de la Vivienda, posibilitando pocos años después la celebración en los mismos de la Expo’92. En las imágenes se ve el antes y el después, así como la situación provisional durante la ejecución de la obra.»