Granada (Sede): 958 089 999 | Sevilla: 954 643 188 andalucia@ciccp.es

LA VOZ DE LOS INGENIEROS DE CAMINOS, CANALES Y PUERTOS EN LOS MEDIOS

Rafael Martínez Peñalver-Mateos espera que lo sucedido sirva para poner el foco sobre las infraestructuras hidráulicas que deben ejecutarse y para que las existentes se mantengan de forma óptima para que no vuelvan a ocurrir desgracias como la de Valencia

 

Entrevista en Conecta2 TV al Representante del CICCP en Ceuta sobre la petición de inversiones para obras ante la DANA (CONECTA2TV). Rafael Martínez-Peñalver, Representante del CICCP en la Ciudad Autónoma de Ceuta, recuerda que el riesgo cero no existe, pero que “podemos minimizar los riesgos y sabemos minimizar los riesgos”, además de que ya había planes aprobados con infraestructuras que no se han realizado. Entrevista a partir del minuto 24.21

 

El representante en Ceuta del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, Rafael Martínez Peñalver-Mateos, defendió en el programa Conecta2 de RTVCE que “partiendo de que el riesgo cero no existe, los Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos podemos minimizar los riesgos, es lo que sabemos hacer, es lo que tenemos que hacer y sabemos cómo hacerlo, úsennos”. Recordó que, desde 2007, una directiva marco obliga a las Administraciones a elaborar unos planes de riesgo de inundaciones, que incluyen diferentes actuaciones. “Están las medidas, sabemos qué hay que hacer, tenemos el talento para hacerlo y empresas constructoras capacitadas para ejecutarlas; podemos afirmar que en España somos punteros a nivel mundial tanto los técnicos como las empresas constructoras”, afirmó.

Sin embargo, lamentó que, a pesar de que “en las recomendaciones se incluyen las actuaciones que hacen falta para que esto se minimice, no se están ejecutando porque no se dotan de presupuestos, porque muchas veces el político tiene un pensamiento cortoplacista. Hablamos de obras capaces de embalsar agua, de drenarla, de reconducirla o encauzarla. Son obras muy costosas, pero también muy necesarias, cuya eficiencia se ve a largo plazo”. Puso el ejemplo del encauzamiento del Turia, “que ha salvado a Valencia de una desgracia, o el del Guadalquivir en Sevilla, una ciudad que también había sufrido numerosas inundaciones hasta entonces”. En ambos casos los encauzamientos se hicieron como respuesta a una inundación: “El ser humano, al final actúa después de un golpe importante. Esperemos, pues, que lo sucedido sirva ahora para poner el foco de atención en las obras hidráulicas que tenemos que hacer para que no vuelva a ocurrir, y las que están hechas, que se mantengan de una manera óptima. Si se hubieran ejecutado todas las actuaciones incluidas en el plan de riesgo de inundaciones de la Confederación Hidrográfica del Júcar, estas desgracias se habrían minimizado”, recordó Peñalver.

Hay obras que hay que hacer por el bien de la población -insistió-, aunque sean difíciles de explicar y de justificar porque su eficiencia no se ve hasta el largo plazo o cuando sucede una desgracia. Quizás por eso, ahora que estamos tan sensibilizados todos con este asunto, sea el momento para darle la importancia necesaria a la obra hidráulica”. En esta línea, advirtió de que son muchas las intervenciones posibles, desde presas y embalses hasta laminaciones, encauzamientos, tanques de tormentas, obras de drenaje, de desagüe, ampliaciones incluso de desembocaduras, etc., “obras todas de un presupuesto muy elevado y una complejidad técnica muy grande”.

Consultado sobre si se debe edificar en las zonas inundables, matizó que, “si debemos construir, hay que saber hacerlo. Quizás prohibir sótanos y garajes subterráneos, que los materiales sean menos porosos, que el diseño tenga en cuenta que en las plantas bajas no haya dormitorios o comedores, etc”. Según puso sobre la mesa, en España puede haber un millón de viviendas en zonas inundables y “no podemos arrasarlas todas y empezar de cero. Se trata de amoldarlas, usando inteligentemente las obras hidráulicas para que no sufran esas consecuencias”.

Por último, puso el acento en la importancia de que los ciudadanos sepan actuar ante un riesgo de inundaciones. “Si nos llega una alerta, debemos saber que no podemos entrar en garajes ni coger vehículos, lo hemos aprendido de lo ocurrido. Hay que educar a la población, pues seguro que con educación y conciencia hubiéramos salvado muchas vidas”, concluyó.