DEMARCACIÓN DE ANDALUCÍA, CEUTA Y MELILLA DEL CICCP
El vocal de Caminos Andalucía lamenta que “muchos proyectos planificados no se ejecutan por falta de acuerdo o financiación” y advierte que la reconstrucción posterior supone costes más elevados por los daños que no se han evitado
El vocal de la Junta Rectora de la Demarcación de Andalucía, Ceuta y Melilla del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, Fernando Rivas Martínez, reflexionó en una entrevista en COPE Sevilla, en el informativo del 18 de marzo, sobre el papel de las infraestructuras hidráulicas tras los recientes fenómenos meteorológicos, con cuatro borrascas consecutivas azotando el país en apenas 12 días.
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Consultado sobre cómo se planifican las infraestructuras para afrontar eventos de lluvias torrenciales y continuadas como los sufridos, Rivas Martínez explicó que “la provincia de Sevilla es un ejemplo histórico de cómo solucionar las inundaciones con infraestructuras preventivas, como el desvío del cauce del Guadalquivir dentro de la ciudad”. Sin embargo, lamentó que “hay numerosos proyectos de infraestructuras ya planificados y respaldados por estudios, que desgraciadamente muchas veces no se llevan a cabo por falta de acuerdo político y financiación, principalmente”. En este sentido, sostuvo que “en numerosas ocasiones consideran como un gasto una infraestructura, sin tener en cuenta que la reconstrucción posterior podría suponer un coste mucho mayor, si se produce una catástrofe. Por eso, es importante que se considere que los daños que se pueden evitar requieren una inversión previa necesaria, en proyectos que ya están planificados”.
El vocal de Caminos Andalucía explicó que la planificación es una cuestión “más hidrológica que ingenieril. Se trata de estadística pura. El riesgo cero es inasumible, económicamente supondría una inversión inabordable”. Con esta premisa, detalló que se toma como valor el periodo de retorno, una estimación de la probabilidad de ocurrencia de un evento en un periodo de tiempo, aquel en el que se considera que una construcción, en este caso hidráulica, va a tener que soportar una avenida de agua. “En estas infraestructuras el periodo de retorno se sitúa en 500 años, que se conciben como un coeficiente de seguridad, una referencia con la que se dimensiona la infraestructura para dar respuesta a sucesos venideros según los últimos 500 años estadísticos”. Advierte de que “eso no quiere decir que no pueda ocurrir mañana, sino que estadísticamente en 500 años sucedería una vez”.
Actuaciones en zonas inundables
En relación con las zonas inundables señaló que es necesario “incorporar medidas de seguridad adicionales, ante los fenómenos meteorológicos cada vez más cambiantes por los efectos del cambio climático. Nosotros aspiramos sobre todo a reducir el riesgo mejorando sistemas de alerta, con una mayor transmisión de conocimientos a la sociedad que vive en la zona inundable, más apoyo para tomar decisiones y, sobre todo, con la ejecución de infraestructuras que son necesarias para la mitigación del riesgo”. Incidió en que “hay soluciones técnicas proyectadas, respaldadas por estudios, cuya realización depende de voluntad política y financiación y, sobre todo, es imprescindible que los presupuestos de las Administraciones reflejen partidas permanentes de conservación y limpieza de cauces, en terrenos anexos a zonas inundables, especialmente en las áreas cercanas a poblaciones”.
Puso el acento en la necesidad de “prevención, limpieza y conservación”, y expuso que, en Andalucía, en la cuenca del Guadalquivir, hay 128 Áreas de Riesgo Potencial Significativo de Inundación (ARPSIs), y en el caso de Sevilla hay dos en las que hay que focalizar la atención de manera especial: “El río Guadalquivir entre Peñaflor y Alcalá del Río, y entre Alcalá del Río y Puebla del Río. Ahí es donde se deben centrar los esfuerzos de estas infraestructuras y abordar una planificación más completa y consensuada”.
El vocal de la Junta Rectora manifestó que “los puntos fuertes hoy en día dentro de la cuenca del Guadalquivir son los sistemas de monitoreo de cuenca y redes fluviales. Para que nos hagamos una idea, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir dispone de 3.000 sensores y más de 400 puntos de control para recibir unas 8.000 señales por minuto. Esta tecnificación, combinada con los avances en las predicciones meteorológicas, ha mejorado muchísimo la capacidad de respuesta y permite anticiparse a crecidas, activar protocolos de emergencia, etc.”.
Recordó que el “SAIH, el Sistema Automático de Información Hidrológica, es una ventana de información actualizada. De esta manera, se cuenta con avisos hidrológicos en tiempo real, que se pueden incluso consultar en la página web del SAIH”. Rivas Martínez precisó, en este sentido, que “cuando se producen avisos, se activa un equipo de guardia que está vigilante 24 horas y al minuto está comunicando a los servicios de emergencia un cambio de cauces, primeras crecidas, etc. Hay que apuntar también que los índices de seguridad, actualizados permanentemente, permiten que las infraestructuras estén adaptadas a este tipo de situaciones”. Remarcó que, si bien “no existe el riesgo cero, sí hay unos coeficientes de seguridad, estadísticos, por encima del periodo de retorno de quinientos años”.