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DEMARCACIÓN DE ANDALUCÍA, CEUTA Y MELILLA DEL CICCP

Juan Manuel Medina repasó un año en el que la Demarcación ha cumplido medio siglo y en el que “hemos proyectado al mundo nuestra excelencia”. Reconoció en la Ingeniera del Año ese “referente inspirador” y ese “faro” que necesitan las nuevas generaciones, ejemplo de que “no hay frontera que ponga límite al talento”

Sofía Guerrero argumentó la fortuna de los ingenieros por tener una “profesión con propósito”, por su impacto social, su servicio a las personas y su capacidad de reducir desigualdades. Subrayó su motivación por seguir trabajando para construir un mundo mejor y por hacerla más inclusiva, “que el éxito de una mujer no sea la excepción”

Nuria Jiménez, en nombre de los distinguidos por los 25 años de colegiación, respondió en su discurso a las preguntas qué nos ha aportado la profesión y qué hemos aportado a la sociedad en este tiempo y concluyó que “podemos estar orgullosos del trabajo, la experiencia adquirida y todo lo que nos queda por aportar”

Juan de Dios Moreno, en nombre de los distinguidos por los 50 años de colegiación, repasó la transformación de una generación que superó varias crisis del sector

 
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La Demarcación de Andalucía, Ceuta y Melilla del CICCP entregó el 19 de diciembre ante casi 130 asistentes el premio Ingeniera del Año 2025, a la jerezana Sofía Guerrero Gámez (Colg. 15408), Especialista Líder en Transporte del Banco Mundial. La entrega se produjo en el marco de la cena navideña de Caminos Andalucía, donde también se distinguió a los compañeros que cumplían los 25 y 50 años de colegiación en Sevilla.

La bienvenida la dio el Secretario de la Demarcación, José Luis Sanjuán Bianchi, que agradeció la acogida de los actos que hacen Colegio y alimentan la unión del colectivo. “Más de 600 compañeros se han reunido en los distintos encuentros organizados esta Navidad”, cerrando un año en el que “hemos hecho un gran esfuerzo por estar en la calle y visibilizar la profesión”. Sanjuán Bianchi dedicó unas palabras al actual Presidente del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, Miguel Ángel Carrillo Suárez, que termina su legislatura, repasando “la espectacular herencia que nos deja”: con la Ley de Calidad de la Ingeniería Civil, “que será un gran paso para el futuro de la profesión”; con el Plan de Colegiación Nacional, que refuerza la materialización de la colegiación obligatoria para el ejercicio de todos los ICCPs; o con el fortalecimiento de la relación con las administraciones públicas. Se congratuló por la mejora del sector, pero puntualizó que “hay que seguir luchando por mejorar los salarios” y conminó a los presentes a “seguir contando con el Colegio” para avanzar unidos.

El Decano de la Demarcación, Juan Manuel Medina Torres, coincidió con el Secretario en destacar los esfuerzos de la Junta de Andalucía en inversión y profesionalización de los estamentos públicos, y personalizó el agradecimiento en el Viceconsejero de Fomento, Articulación del Territorio y Vivienda, Mario Muñoz-Atanet, presente en el acto. Medina Torres hizo balance de un año en el que hemos seguido construyendo juntos, pero, aseguró, hay que mantener la mirada hacia adelante “con ambición y responsabilidad”. 2025 cierra el año del 50 aniversario de Caminos Andalucía, en el que “hemos proyectado nuestra excelencia al mundo” con una de las programaciones más completas de nuestra historia; premiando vuestras obras y vuestra aportación al desarrollo de la sociedad; “porque la Ingeniería transforma territorios, genera oportunidades y crea futuro”.

El premio de Ingeniera del Año a Sofía Guerrero Gámez este 2025 reconoce “no sólo el talento y la trayectoria profesional, sino el impacto real del desempeño de una profesional brillante, que ha llevado el nombre de Andalucía y de nuestra profesión a los foros internacionales más  relevantes; de una mujer que encarna los valores que queremos transmitir a las nuevas generaciones: excelencia técnica, vocación pública, compromiso social y perspectiva global”. Con estas palabras describía el Decano a una ingeniera jerezana que es un “referente internacional”, “el faro que necesitamos en este momento para atraer más vocaciones técnicas, más presencia femenina stem” y un ejemplo de que “no hay frontera que ponga límite al talento”. “Una ingeniera con visión, con propósito, con sensibilidad social y una embajadora de lo que significa el servicio público desde la Ingeniería”, concluyó.

Esta descripción se alineaba con el discurso de la premiada, que admitía la fortuna de tener una profesión “con propósito”, por su impacto social, su capacidad para reducir desigualdades, aportar resiliencia a los territorios y construir infraestructuras al servicio de las personas. Compartió el “honor inmenso” de este reconocimiento con sus familiares, mentores, colegas y todas las personas que han creído en ella en su camino, destacando en esta lista “la calidad y el legado” de la Universidad de Granada. Gracias a ellos tuvo “los valores, la educación, los privilegios y las oportunidades” que le han permitido coger todos los trenes hasta donde está hoy. “Muchos talentos no llegan tan lejos por falta de oportunidades, no de capacidad”, apostilló.

Los trenes marcaron el hilo conductor de su discurso, repasando todos a los que logró subirse hasta llegar al Banco Mundial, “donde cada kilómetros es una oportunidad para reducir desigualdades y seguir aprendiendo”. Guerrero Gámez recordó cuando en las obras no había ropa de trabajo para las mujeres o se entendía que sería la secretaria o la que traía el café; y subrayó que seguimos teniendo la responsabilidad de hacer la Ingeniería más inclusiva, “no sólo de atraer más mujeres, sino de que el éxito de una mujer sea la norma, no la excepción”. Cerró con una frase de Roosevelt: “No es el crítico quien cuenta, ni el que señala con el dedo a la persona fuerte cuando tropieza o el que indica en qué cuestiones quien hace las cosas podría hacerlas mejor. El mérito recae exclusivamente en la persona que se halla en la arena, cuyo rostro está manchado de polvo, sudor y sangre, el que lucha con valentía, el que se equivoca y falla el golpe una y otra vez, porque no hay esfuerzo sin error y sin limitaciones”. Se despidió “con la motivación de seguir trabajando para construir un mundo mejor y con el conocimiento de que habrá éxitos, habrá fracasos y yo seguiré estando en la arena, con la cara manchada de polvo, sudor y sangre”.

 
25 Y 50 AÑOS DE COLEGIACIÓN

Casi una treintena de compañeros recibieron la noche del 19 la distinción por 25 años de vínculo colegial: Mª Carmen Molina González, Rafael José Cáliz García, David Oliver Sánchez, Dragana Kovandzic Mlacenovic, Antonio Damián Ramírez Salado, Guillermo E. Pugnaire Molina, María Isabel Fiestas Carpena, Eduardo Osorio Fernández, María Lourdes Escobar Burgos, Moisés Martínez Martínez, Fernando Camacho Santiago, Horacio Pedraza Martínez, Mª José Comino Aguilera, Sergio Carlos García Pablos, Mª Camelia Ruiz Viola, Ignacio Sánchez de Mora Andrés, Fernando José Trujillo Díez, Raquel Liñán Bernardo, Rafael Carrillo García, David Jesús Rodríguez Hernández, Fausto Rancaño Lejarraga, Cristina Mª Ruiz Rodríguez, Francisco Javier Balmaseda Mera, Antonio Marín de la Bárcena López-Quesada, Óscar Jiménez Puga, Luis Gregorio Díaz Nombela, Juan Antonio López Ruiz, José Pablo Abadía Orozco y Carmen Nuria Jiménez Gutiérrez.

En nombre de todos ellos habló Nuria Jiménez, que se planteó dos preguntas o reflexiones, “en qué nos ha influido esta profesión o qué nos ha aportado y qué hemos aportado con nuestro trabajo a la sociedad”. Respondiendo a la primera, bromeó con esas “mentes cuadriculadas” de orden estricto, reseñó los “juegos malabares para abarcar más de lo que podemos y luchar por sacar todo adelante aunque se muera en el intento” y puso en valor el “sentido de la responsabilidad y la capacidad de sacrificio”, recordando “todo a lo que hemos renunciado” por la profesión “y que nos convierte en un valor seguro”. Sobre la segunda, dijo que la profesión nació como una clara vocación de servicio público, poniendo como ejemplo la reflexión de Joaquín Costa, precursor de la planificación hidráulica de España, que puso en marcha “porque España tenía sed y hambre”. Desglosó las áreas y la aportación de todos los compañeros a los que representaba con su discurso y concluyó asegurando que “podemos estar orgullosos del trabajo que hemos desarrollado en estos 25 años, de la experiencia adquirida y de lo que nos queda por aportar a una sociedad cada vez más exigente, que no sólo exige infraestructuras, sino garantía y seguridad”. “Estamos viviendo momentos complicados y nos observan, no podemos escondernos, hay que sacar pecho  y estar orgullosos de nuestra labor”.

Las distinciones por los 50 años de colegiación reunió a seis compañeros: entre ellos al ex decano Ángel Tavira Herrero; junto a Juan C. Romero Benítez, José Luis Candau Chacón, Antonio Peláez Toré, Francisco de Asís Morales Blanco y Juan de Dios Moreno Giménez. Éste último se dirigió a los asistentes en nombre de todos, con una intervención muy personal y emotiva, evocando su vida desde la infancia, lo que han ido cambiando los tiempos y sus primeros pasos en la profesión. Recordó cómo tuvo que gastarse casi todo su sueldo, 17.000 pesetas, en su primera calculadora para el trabajo, que tuvieron que mandársela desde Estados Unidos. En esos inicios, de mediados de los años setenta, el sector vivió una fuerte crisis que complicó el desempeño de los ingenieros que se egresaban y que se vieron obligados, ya entonces a emigrar. También citó la crisis del principio de los años noventa y cómo ha evolucionado la Ingeniería hasta los días que empezaron a compartir con los que hoy cumplen sus bodas de plata.

 
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